- El Documento de Voluntades Anticipadas es una herramienta que permite respetar la voluntad del paciente cuando este ya no puede tomar decisiones
- En nuestro contexto es una práctica todavía muy poco extendida, a diferencia de lo que sucede en otros países como Estados Unidos o Australia
Santander acogió los días 26 y 27 de octubre el III Congreso de Bioética de Hermanas Hospitalarias, un encuentro que, bajo el título ‘Cuidando COM Pasión’, albergó a más de 200 profesionales y en el que se quiso poner el énfasis en tres conceptos de la asistencia en nuestros centros: los cuidados, la pasión y la compasión. En el marco de este congreso, el doctor Santi Bernades, responsable del Área Sociosanitaria del Hospital Sagrat Cor, participó en una de las mesas redondas hablando sobre las voluntades anticipadas en el final de la vida.
Durante su intervención, el Dr. Bernades explicó como la trayectoria en el final de la vida de las personas varía según su enfermedad; no es lo mismo cuando hay una enfermedad orgánica que cuando se trata de un trastorno mental o de la fragilidad asociada al envejecimiento. “Es importante conocer esto para el pronóstico y para saber cómo avanzará la enfermedad, de manera que podamos ayudar mejor tanto a la persona enferma como a su familia”.
En su charla también expuso algunos de los indicadores de calidad en el final de vida como son el control de síntomas, evitar la prolongación inadecuada de la vida o dar al paciente el control de la situación. “Hemos de mejorar la sobrecarga de los cuidadores y facilitar las relaciones con los seres queridos, de manera que podamos asegurar la continuidad en la atención”, añadió el experto.
Por todo ello, las voluntades anticipadas juegan un papel muy importante. Este es un proceso en el cual una persona, de acuerdo con sus valores, planifica la atención médica que desearía recibir o rechazar al final de la vida en el supuesto de estar en una situación de incapacidad para tomar decisiones. “Es un documento escrito por una persona con plena capacidad que, libremente y de acuerdo con unos requisitos legales, expresa unas instrucciones que hay que seguir cuando se encuentre en circunstancias que no le permitan expresar su voluntad”, añade el Dr. Bernades.
Sin embargo, en nuestro país este tipo de documento está todavía muy poco extendido, con cifras que apenas alcanzan los 8 documentos por cada 1.000 personas, muy por debajo de otros países como los Estados Unidos o Australia. “Es importante destacar que estos documentos no son complicados y deberíamos promover su redacción, ya que es la forma de respetar la voluntad del paciente cuando ya no pueda tomar decisiones”, continúa explicando el geriatra, que incide en que gracias al documento de voluntades anticipadas se disminuye también el riesgo de decisiones erróneas y mejora la relación clínica, reforzando la buena práctica médica.
El doctor Santi Bernades también insistió en la importancia de la comunicación no verbal para escuchar de forma activa, favoreciendo el contacto visual combinado con otros mensajes no verbales que animen al orador. “De esta forma favorecemos la comprensión y podremos dar una mejor respuesta”. También señaló la necesidad de un cambio de paradigma hacia un modelo centrado en el paciente, entendiendo que no hay enfermos, sino PERSONAS enfermas. “Es fundamental que podamos ofrecer una atención integral que ponga a la persona en el centro de toda la actuación”, finalizó el experto.