La I Jornada Salud Mental Infantojuvenil, organizada por Hermanas Hospitalarias Provincia de España, que tuvo lugar el 19 de mayo en el Hospital San Rafael y en streaming, congregó a unos 150 asistentes.
Con el lema de ‘Desconexión en la hiperconexión; el momento del “re”: revincular, repensar, reencontrar…’ el objetivo del acto era reflexionar e intentar dar respuesta a los retos en los ámbitos educativo y social que afectan, en gran medida, al desarrollo de la población infantil y adolescente.
El doctor Francesc Fatjó, director médico del Hospital Sant Rafael, condujo la inauguración de la jornada, que contó con la intervención de representantes de la Administración, como Magda Casamitjana, directora del Pacto Nacional de Salud Mental; el doctor Joan Vegué, director del Plan director de Salud Mental y Adicciones; Núria Valls, secretaria de Infancia, Adolescencia y Juventud, y Laia Asso, directora general de Educación Inclusiva.
Núria Valls asumió que no se ha estado suficientemente atento a la salud mental del niño y de los jóvenes durante la pandemia y destacó la prioridad que supone este velatorio por la salud mental. En este sentido, explicó que se está trabajando con un algoritmo de detección y prevención del suicidio en las redes sociales.
Por su parte, Laia Asso puso el foco en que partiendo de la base que el Departamento de Educación presta atención educativa y, también, en el marco de la escuela se hace prevención, promoción y detección precoz de problemas de salud mental, habría que cuidar de los profesionales educadores y racionalizar lo que se les pide.
En su intervención, el doctor Joan Vegué destacó que la prevención es un tema nuclear, ya no sólo pensando en los intentos de suicidio, sino en el terreno de las ideaciones.
El último turno de palabra fue para Magda Casamitjana, quien reiteró la necesidad de un relato coherente en todos los ámbitos de la vida de los niños y jóvenes, y la importancia de escucharles y acompañarles para que saquen el suyo talento y renazcan. También señaló que los problemas que sufren no son a nivel local sino global, por lo que hay que fijarnos en las prioridades que se marcan desde la OMS y, por ejemplo, organizar y coordinar todas las redes para que la persona con un trastorno mental pueda vivir, desde que se despierta hasta que se acuesta, con todos los elementos de apoyo necesarios.
A continuación, Mireia Segarra, psicóloga del CSMIJ de Martorell del Hospital Sagrat Cor, introdujo la conferencia inaugural de la jornada con el título de ‘¿Un mundo sin adultos?’, de la mano de Lluís Roca Jusmet, filósofo y escritor.
“Los jóvenes necesitan referentes y ahora los adultos no lo son, es más bien a la inversa, los adultos buscan el reconocimiento de los adolescentes”, afirmó Roca. También destacó que en este escenario donde los valores son la satisfacción a través de los objetos debemos parar, reflexionar, compartir y escuchar, ya que sólo así podremos volver a construir la figura del adulto.
Berna Villareal, trabajadora social y directora del Instituto de docencia, investigación e innovación de Pere Claver Grup, entre otras funciones, cerró la ronda de intervenciones poniendo sobre la mesa cuatro aspectos clave que nos ayudarán a desarrollarnos: presencia constante , disponibilidad afectiva, capacidad de regulación y construcción de un diálogo reflexivo. Sin embargo, señaló que el momento actual tiene determinadas características que dificultan el desarrollo de estas funciones, como la crisis de los cuidados, la precariedad laboral y la naturalización de la ansiedad, la falta de tiempo.
La clausura de la I Jornada Salud Mental Infantojuvenil fue de la mano de Rosa Almiñana, antigua coordinadora del Área de Salud Mental Infantojuvenil del Hospital Sagrat Cor, y del doctor José Antonio Larraz, director del Área Asistencial y Educativa de Hermanas Hospitalarias. El dr. Larraz apeló a la necesidad de reflexión sobre cómo estamos haciendo las cosas y los retos que tenemos por delante, tanto la Administración como los profesionales.
Por su parte, Almiñana hizo un llamamiento a no perder la ilusión y remarcó que carece de capacidad de reflexión, de la sabiduría de la experiencia compartida. “Hay que salir de los despachos y acercarnos a la población con el objetivo de construir proyectos viables y humanizados”, concluyó.