Autor: Víctor Manuel Ruiz Quiles. DUE Geriatría.
La enfermedad de Alzheimer está definida por la OMS (Organización Mundial de la Salud) como una enfermedad neurodegenerativa con una etiología desconocida. Esta enfermedad representa entre el 50-80% de todos los casos de demencia.
El 21 de septiembre celebramos el Día Internacional del Alzheimer, una fecha que debería estar presente cada día. Nuestro propósito en la atención a los pacientes es unir esfuerzos para garantizar que tanto las personas enfermas como sus familias no pierdan calidad de vida a causa de una enfermedad que no han elegido, priorizando siempre añadir vida a los años, y no solo años a la vida.
Concretamente, nos centraremos en la comunicación y, dentro de ella, en la no verbal (aquello que se expresa sin palabras). Ya que la enfermedad de Alzheimer y el resto de demencias provocan un deterioro progresivo del lenguaje, el paciente corre el riesgo de sentirse y quedar incomunicado, lo que agrava su estado de ánimo y, con frecuencia, el de sus convivientes.
Considerando el lenguaje en su totalidad, solo el 20% es lenguaje verbal. El 80% restante incluye la comunicación no verbal mediante los gestos, la expresión de la mirada y del rostro, las posturas y actitudes corporales, el tacto, el olfato, el contexto físico del entorno, los silencios, los objetos que se utilizan, la vestimenta, etc.
La comunicación no verbal es más auténtica, sincera y veraz que la verbal, ya que a menudo confirma o contradice las palabras y está menos sometida a la censura consciente de la razón. Este tipo de lenguaje nos acompaña desde el nacimiento hasta la muerte, y en el caso de los pacientes con alzhéimer, se mantiene incluso cuando la comprensión o la interpretación del lenguaje verbal se deteriora. Así, los gestos amables, las caricias y el contacto físico se convierten en una de las formas más efectivas de transmitir sentimientos afectuosos y hacer que el paciente se sienta aceptado, acompañado y querido.
Deseo que llegue un día en el que no sea necesario conmemorar esta jornada; un momento en el que los intereses económicos no prevalezcan sobre las personas, y se invierta más en la investigación para encontrar una cura a estas enfermedades. Tengo la esperanza de que nuestra generación sea testigo de estos avances, y que nuestros hijos y nietos no tengan que sufrir el alzhéimer.
Si me ves y te das cuenta de que no veo, Mírame
Si me ves y te das cuenta de que no oigo, Háblame
Si me ves y te das cuenta de que tartamudeo, Escúchame
Si me ves y te das cuenta de que no puedo tocarte, Tócame
Si me ves y te das cuenta de que me cuesta moverme, Muéveme
Si me ves y te das cuenta de que he caído, Levántame
Si me ves y te das cuenta de que tiemblo, Abrázame
Si me ves y te das cuenta de que lloro, Déjame llorar
Pero nunca dejes de mirarme, de hablarme, de escucharme, de tocarme, de moverme, de levantarme, de abrazarme.
Y por encima de todo, nunca dejes de amarme.
Poesía de Salvador Riera
“In memoriam de todos los pacientes y familiares con los que interactuamos en el desarrollo de nuestras funciones”